Desde allí, una gran escalinata nos conduce
al humilde establo que sirve de refugio a la Sagrada Familia. Una construcción
de tipo popular, con una amplia galería de madera en el piso superior, que compite
en originalidad con las balconadas, terrazas y miradores de las otras casas.
El belén se completa con otros ambientes,
como los mercaderes, camelleros, pastores, etc. que muestran todo tipo de
miniaturas y objetos a escala, y que otorgan al conjunto una gran riqueza de
detalles.
Su autor, el reconocido belenista zamorano Indalecio
Álvarez, ha empleado miles de pequeñas piezas de porexpán talladas y pintadas
individualmente a manera de ladrillos, piedras sillares y losetas para la
recreación de edificios y pavimento de calzadas.
La imaginería, de terracota, es obra del los
talleres madrileños de J. Luis Mayo Lebrija.
Finalmente, la
instalación y el montaje, junto con el dominio efecticista de la iluminación, potencian
la escenificación y ofrecen un auténtico espectáculo visual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario